En primer lugar lavamos la mozzarella y la cortamos en rodajas muy finas.
Vertemos el agua (250 ml), la sémola y el azúcar (125 gramos) en un cazo al fuego bajo y removemos para que se disuelva bien. Entonces añadimos el queso y damos vueltas hasta que se funda y se mezcle bien. Cuando esto ocurre apagamos el fuego y añadimos el agua de azahar. Removemos para que se mezcle bien.
A continuación vertemos la mezcla en una placa antiadherente. Extendemos la mezcla hasta forma una película de medio centímetro de grosor. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente y llevamos a la nevera, donde deberá permanecer durante una noche (u 8 horas).
El día siguiente preparamos el almíbar incorporando en un cazo el vaso de agua (200 ml) y el azúcar a fuego bajo. Cuando se disuelva retiramos del fuego y añadimos el agua de azahar. Molemos los pistachos sin que lleguen a quedarse como harina. Sacamos del refrigerador las placas de queso y sémola y las cortamos en ocho rectángulos (para servir 2 por comensal). Espolvoreamos la mitad de los pistachos por encima y los enrollamos para formar una especie de tubito.
En la receta original realmente se emplea "Ashta" como relleno, que es una especie de crema, puede usarse crema de leche batida azucarada o una mezcla de crema batida y queso crema.
Una vez tenemos hechos los rollos, los espolvoreamos con la otra mitad de los pistachos machacados y encima vertemos el almíbar.
Lo correcto sería dejarlos empapar un par de horas antes de servirlos.