Primero colocamos en una sartén el aceite a calentar, cuando esté bien caliente echamos la cebolla, la sal y el azúcar, la dejamos hasta que esté doradita.
Aparte en un tazón ponemos la harina de matzá, y en la licuadora batimos los 8 huevos con el aceite que escurramos de la cebolla frita, y la soda....echamos por encima de la harina de matzá esté licuado y con un tenedor vamos mezclando bien, se amasa luego con las manos, se tapa y se lleva a la nevera como mínimo por media hora....para hacer las bolitas es mejor que la masa esté fría.
Cuando hagamos la masa vamos valiendo si está suave y manejable, si no se le echa un poquito mas de soda, y si está demasiado aguada se le echa un poco mas de harina.
Mientras hacemos el caldo con el Marak of y reservamos.
Cuando ya la masa esté fría, mi truco es meterla directamente al congelador por unos 15 minutos y ya, comenzamos a hacer las bolitas de matzá, hay que tratar de hacerlas pequeñitas porque crecen mucho, las vamos echando en la cazuela con la cebolla ya frita, y vamos echando de a poco a poco el caldo, según veamos para que no se peguen, están bolitas se cocinan como si hiciéramos albóndigas normales, no tiene que haber mucho caldo, solo se va echando poco a poco a medida que vamos echando bolitas, con movimientos de la cazuela para que no se peguen y se cocinen bien....hasta hacerlas todas, mientras mas cebolla frita pongan mucho mejor porque es lo que les da el sabor.
NOTA: Esta receta se la dedico a mi querido hijo Alberto, a quien desde niño le encantan, cada Pesah este es su plato favorito.
Si prefieren, en vez de hacerlas con la harina de matzá, venden ya la mezcla para hacer las bolitas de matzá, a las que solo se les añade los huevos y el aceite, y se amasa, se dejan enfriar y se hacen las bolitas....no hay que añadirles ni sal, ni pimienta ni soda.
Esta es una receta ashkenazí, el nombre original es Kneidalej, se suelen comer en una sopa o caldo, pero yo siempre las he hecho encebolladas como acompañantes de platos de carne o pollo.